miércoles, 14 de octubre de 2009

EL TESTAMENTO

Hijos míos, la vida me ha dado lo mas hermoso y preciado durante años, ya he vivido lo que se me ha sido permitido, he hecho este testamento y anexada esta carta, para agradecerle a dios y la vida lo que me ha dado. Fui muy feliz con su padre, viví las experiencias jamás vivida, lo ame con toda mis fuerzas y poco a poco fueron dando frutos ese maravilloso amor, nacieron ustedes; sabiendo que al pasar de los años no nos soportábamos, comenzaron las riñas, discusiones y peleas las cueles fueron testigos en su infancia.
Ustedes hijos míos les dejo mis testimonios, mis frutos que logre obtener en esta tierra, les enseñe los buenos valores, el vivir la vida, los guíe por el buen camino. A ti Manuel, que eres el mayor de tus hermanos, te enseñe a dar el ejemplo, a ser responsable y respetuoso. María Maygualida, la niña de mis ojos, solo te digo que sigas cosechando éxitos, cuida y educa muy bien a mis nietos, llévalos por el camino del bien y de la sabiduría. Y tú Álvaro, crece como profesional, cuida a tu esposa he hijos amándolos como yo los ame a ustedes, enséñales lo bueno y lo malo de esta vida, el deseo de obtener las cosas y el amor al prójimo.
Ya he revocado este documento anteriormente o mejor dicho este testamento, ya he vendido la casa denominada “Maygualida” con eso coste mis gastos en el ancianato. Decidí asilarme allí, porque no podía soportar decidir quedarme con alguno de ustedes; Manuel vives en Canadá y el frío para mi no me ayuda mucho, no es muy bueno para mi salud. Maygualida tu vives en Tenerife, 8 horas en un avión no es fácil para mi a esta temprana edad y tu Álvaro que eres el que mas cerca estas de mi, no quería ser un estorbo para tu esposa y mucho menos para tus hermanos, por eso decidí hospedarme allí, en donde viví los mejores días de mi vida, los pase en sana paz, despreocupada y alejada de esta sociedad normal.
Con estas líneas les pido que dejen las racillas entre ustedes, mucho he sufrido por eso. Es mi voluntad pedirles, que arreglen todo con la mayor disposición posible, piensen que la mejor manera de recordarme y dejarme descansar en paz es amándose unos a los otros o por lo menos tolerarse y respetándose. Los bendigo desde donde este, que espero que sea en la misericordia de Dios y a la derecha del Padre.


Att: Miriam.

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