viernes, 2 de octubre de 2009

MUCHAS LAGRIMAS DE DOLOR

Te vi llorar por muchas noches en esa oscura habitación, que solo entraba la luz que reflejaba la calle. La verdad no sabia el motivo de esas lagrimas el porque?; solo se q no eran por mi. A medida que fui creciendo mi padre y tu discutían sin cesar, gritos iban y venían, insultos malas palabras jarrones volando y en ocasiones nombraron mucho a mi abuela, en fin, después de tantas racillas mi papa en ocasiones alzaba su mano, esa mano gigante, con esos dedos largos y gruesos, sonaba como un aplauso, pero al crecer me di cuenta de que eran golpes, que golpeaba a mi madre.
Entonces salía como un demonio de la casa lanzaba la reja y la puerta, molesto como el solo y a veces el motivo de sus discusiones era su borrachera cada viernes por la noche, incluso teníamos que pasar fines de semana en casa de mi abuela a esperar que se le pasara la pea.
Mi madre salio embarazada de nuevo, pensaba que las cosas cambiarían, llegaría un nuevo ser como fruto de ese supuesto amor. Al nacer mi hermano, era hermoso, grande, fuerte; el cual le colocaron el nombre de Juan, puesto por mi abuela, que decía que Juan era un apóstol de Jesús de Nazaret, fue el que estuvo con María durante la crucifixión de Jesucristo, en fin, continuemos.
Mi hermano nació con problemas del estomago, luego con alergias, las comidas ya para colmo la situación económica que no nos favorecía. Se supone que deberían estar unidos, para luchar por mi hermano y por mi, vernos crecer fuertes y sin traumas; pero no!; al pasar el tiempo las paleas eran peores, los insultos se volvieron mas catastróficos, las lagrimas de mi madre eran mas frecuentes, mi hermano lloraba sin parar y mientras tanto mi padre poseído por alguien del mas allá. Decidimos irnos a casa de mi abuela, pero las cosas eran peores, mis tíos peleaban más o peores que mi papa. Mi tía corría para que no la alcanzara mi tío (su hermano) y mi abuela en el medio para acabar con ese espanto. Ella rezaba sin parar, pedía a dios que acabara este tormento, y luego mi madre cambio por completo, no aguantaba que la mandaran, que la ordenaran y mucho menos que le pidieran cuentas de su trabajo.
Muchas noches la vi llegar ebria, sin dinero para nosotros ni regalos. Mis tíos, tías y abuela hicieron lo posible para que mi hermano y yo lleváramos una vida normal, pero mi madre lo estropeaba cada vez más.
Un día se levanto para ir a buscar trabajo, me dijo que me amaba, que cuidara mucho a mi hermano, que no siguiera sus ejemplos, que no prestara a tensión a loa maltratos de mi padre, que el era bueno, que en ese entonces no se encontraba en sus cabales, se marcho pero antes me dio un beso y un abrazo que no he olvidado. Esperaba con ansias las 6pm para verla de nuevo, pero pasaron días y noches y esas noches en semanas, y esas semanas en meses; di a entender se marcho porque no nos soportaba ni a mi ni a mi hermano. Me decían que estaba trabajando que regresaría por nosotros, mi padre mas se enfado, auque se hizo responsable de nosotros, nos amo y se comporto como un verdadero padre, nos ayudo, hizo de nuestras vida algo normal. Mi abuela nos crío, ayudo y educo, pero mi resentimiento creció a medida que pasaban los años
Llegue a la pubertad y mi amor se convirtió en rencor y ese rencor en odio que el día q la volviera a ver la trataría como el peor ser de este mundo; nos abandono desde pequeños sin importarle nuestros cumpleaños, actos de colegio, comuniones, quince años, el amor que sentíamos hacia ella; nada le importo y para mi ella se murió. He vivido sola siguiendo mi vida, sin una madre que me guíe, que me apoye que me estimule en mis metas, en mis sueños y logros. Por eso decidí enterrar sus recuerdos para seguir mi vida y pensar en ella como un mal recuerdo.

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