miércoles, 23 de septiembre de 2009

EL PODER DE UN MUNDO


Había una noche en donde no podía dormir y solo soñaba despierto para poder vivir. Miraba la luna llena, la cual veía de mi pequeña ventana de mi mísera habitación. Solo soñaba en ser un Rey que gobernara el mundo, en donde solo yo ordenaba, mandaba y contemplaba mis decisiones; veía a la gente alabándose hacia mi, veía los mares que solo me obedecían. Solo escuchaba desde la ventana de ese inmenso castillo que me cree los murmullos y bullicios de ciertos comentarios hacia mi; muchos a mi favor y otros en contra y mientras tanto otros callados sin resolverse entre un bando u otro.
En ocasiones solía lanzar un dado para tomar la mejor decisión para este mundo, solo quería estabilidad para mi población, poder, tranquilidad, que sea equilibrado para la nación, controlar los problemas y a la gente, disfrutar de la felicidad de ser por un tiempo un Rey.
Sabia que un viento loco y salvaje fue el que me abrió las puertas de ese sueño para poder entrar y organizar ese encuentro, la gente no podía creer en lo que me convertí. Los Revolucionarios Izquierdistas doblaban mi cabeza en la similitud de una plaza, me convertían en su marioneta de venganza, las campanas sonaban, me aturdían y me mataban; mi poder se me subió a la cabeza y los humos no lo aguantaban mis orejas. Mientras la gente gritaba, llegaron a mi castillo, a esa inmensa puerta que se me abrió; con palos, antorchas, caballeros con sus espadas y sus grandes escudos para acabar con este infierno que ocasioné. Pero por alguna razón no puedo explicar porque este cambio tan radical que tuve hacia mi, solo quería un mundo de paz y lo convertí en avaricia, misterio, poder, envidia, manipulación.
Me desperté sin razón, en esa mañana me di cuenta de que solo barro las calles por donde el mundo transita y recordaba las palabras de la gente en ese sueño “Muerte al Rey. Larga vida a un nuevo Rey”.
Los pilares de ese inmenso castillo se volvieron arena, como los que hacen los niños en una tarde de verano; entre en mi realidad, y logre aceptar, que el poder hacia uno solo se puede convertir mucho mas peligroso de lo que parece, no solo ganas enemigos, sino rechazo de la sociedad y posiblemente la cárcel o mas allá. Dejemos la envidia, avaricia y el poder a un lado, solo vive la vida como si se fuese acabar mañana.

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