martes, 15 de septiembre de 2009
ENTRE EL MAR Y ARENA
Me senté a escuchar tu voz
rompiendo en las olas del mar.
Dibujando tus ojos frente a los míos,
tus labios dulces,
tu piel perfecta.
Allí sentada continúo el mutismo insípido.
Sorda e inepta, oyente y nefasta,
burlaba mis palabras repitiéndolas
palabras que decías,
sintiendo el rocío del mar
cayendo en mi rostro
como tu corta respiración
cayendo en mi hombro.
Mis pies n la arena caliente,
cerrando mis ojos y pronunciando
con recelo tu nombre.
Su guarida en el horizonte
detrás de la magnitud del azul mar
y la arena caliente,
mas allá el sol cayendo sobres las aguas
como la Niebla cayendo
sobre la sierra, que en paralelo
es mi vida que encierra.
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